¿Qué es?
El mapa mental es un diagrama en el que se reflejan los puntos o ideas centrales de un tema, estableciéndose relaciones entre ellas mediante la utilización y combinación de formas, colores y dibujos. Fue propuesto por el británico Tony Buzan (1974), quien mediante la creación de la estrategia buscó, como señala Morice (2012) “tomar los principios que regulan el funcionamiento del cerebro para crear un esquema que pudiese mostrar las asociaciones entre conceptos de la misma manera que lo hacen las neuronas” (p. 1). El objetivo principal era acceder y exteriorizar los conocimientos de los estudiantes. De acuerdo a lo expresado por Ontoria, Gómez y Molina (1999), el mapa mental forma parte de las estrategias que facilitan la representación del pensamiento a través de la jerarquización y categorización de la información. Para cumplir con este objetivo, es fundamental que los estudiantes identifiquen los conceptos clave, a partir de los que se puedan originar tramas de nuevos conceptos; los conceptos clave corresponden a grandes categorías, que a su vez, van generando nuevas asociaciones (las que se pueden ampliar hasta que sean suficientes para cumplir con el objetivo que guio la elaboración del mapa mental).
Descripción: De acuerdo a lo indicado por Ramírez (2013), las etapas a seguir para la elaboración de un mapa mental son las siguientes:
1) Determinar el concepto central (Nivel 1). Es importante que se inicie el mapa mental con un concepto (o frase breve) y no con una oración, ya que así se evitan asociaciones superficiales o poco claras sobre el contenido que se está trabajando.
2) Determinar conceptos relacionados (Nivel 2). Una vez determinado el concepto central, es esencial que se solicite a los estudiantes pensar en palabras que se relacionen directamente con el mapa. Todos los conceptos asociados deben agregarse a la idea central.
3) Ramificación (Nivel 3). Se debe repetir el paso anterior para cada uno de los conceptos asociados a la palabra central, a fin de iniciar el proceso de ramificación del mapa mental. Esto permite que las ideas de los estudiantes se vayan especificando progresivamente.
4) Ilustración. Para finalizar, es necesario que los estudiantes agreguen imágenes, dibujos u otros elementos gráficos que simbolicen los conceptos que componen el mapa mental.
Plantilla: En la siguiente plantilla es posible distinguir los elementos clave que caracterizan un mapa mental:
Ejemplo: El tema en el que se centra el siguiente mapa mental corresponde a estrategias de comprensión lectora (contenido de las asignaturas de lecto-escritura de las carreras de la infancia de la Universidad de Concepción). Se pueden observar las relaciones entre cada uno de los niveles y ver cómo aumenta el proceso de ramificación, haciéndose los conceptos cada vez más específicos para así entregar información relevante sobre la idea precedente. Además, es posible apreciar la forma en que los elementos gráficos simbolizan y fortalecen las conexiones realizadas por el estudiante.
Situación didáctica: Los mapas mentales sirven para fomentar la representación gráfica de la información, facilitando la organización del pensamiento en un esquema que permite obtener una mirada panorámica de los seres, hechos o fenómenos. Si se considera emplearlo antes de iniciar el proceso de enseñanza de un nuevo contenido (por ejemplo: anatomía), permite obtener información acerca de los conocimientos previos de los estudiantes al respecto.
Ventajas y desventajas: De acuerdo a Morice (2012), es posible distinguir ventajas y desventajas en la utilización de mapas mentales, aspectos que deben considerarse de acuerdo al objetivo que se pretenda alcanzar con los estudiantes:
Pauta de evaluación: A continuación se presenta una rúbrica analítica que permite evaluar cada una de las dimensiones que componen un mapa mental.